Construye Juan Martínez nueva clínica proaborto en Córdoba

  • El Ayuntamiento y DIF Municipal, sus minas de oro familiar.

Córdoba, Ver.- Las expectativas que tenían los cordobeses de que el doctor Juan Martínez Flores lograría el cambio y progreso quedaron sepultadas, porque a más de año y medio Córdoba sigue en la “oscuridad”, palabra que él mismo utilizó el día que rindió protesta como presidente municipal —por Morena— al criticar a las autoridades que le antecedieron y fueron encabezadas por la panista Leticia López Landero.

Lamentable que Martínez Flores sólo utilice los cargos públicos, primero como diputado federal y actualmente como alcalde, a su conveniencia y para enriquecer su bolsillo a costa de la integridad y salud de las mujeres, porque es un secreto a voces que desde hace años practica abortos, los cuales no son nada baratos, olvidándose del juramento hipocrático.

Tan sólo en Córdoba, primero fue responsable del Hospital Lázaro Cárdenas por los años de 1993 a 2013, a partir de 2014 es director médico del Hospital Santa Elena, del cual es dueño, y ahora construye una nueva clínica en la avenida 13 entre las calles 4 y 6, del fraccionamiento Alameda, donde seguramente también practicará abortos, porque sabe bien cómo funciona este “negocio”. Y desde luego, está construyendo su patrimonio familiar a costa de los cordobeses y de los pobres que acuden para recibir algún servicio médico.

De nada sirve su carrera como médico cirujano y los 44 años en el área de la medicina si carece de escrúpulos con tal de hacer negocio con las mujeres, lo que da mala espina, porque si es un secreto a voces que practica abortos, ¿cómo es posible que las autoridades de la Secretaría de Salud hagan caso omiso?, o ¿tiene un padrino de mucho peso que lo protege?

Es tal el poder que siente tener el alcalde que en días pasados la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), de la Secretaría de Salud, clausuraría el Hospital Santa Elena por no tener actualizada la documentación, pero movió sus influencias para detener la orden.

De todos es conocido que Juan Martínez mantiene una estrecha relación con Leticia López Landero y con el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, por ello es que quedaron archivadas las malversaciones de recursos públicos de la anterior administración municipal. Incluso su hija, Lizeth Martínez, es la “mandamás” en el DIF Municipal, porque sin tener responsabilidad administrativa ni legal se hace lo que ella dice, y ordenó hace unos meses se le rentara en 12 mil pesos la Ex Hacienda de Nuevo Toxpan a su amigo, Isaac Luz López, para su boda en octubre, cuando al resto de la gente el costo es de 40 mil pesos por evento. Mientras tanto la directora del DIF Municipal, María Elena Yunes Choperena, sólo tiene el cargo de adorno.

Es cierto que se llegó a pensar que la administración que estuvo a cargo de Leticia López Landero fue la peor que había gobernado, pero la de Juan Martínez Flores se lleva las palmas de oro, porque como municipio carece de todo, ¿quién le habrá hecho el favor al doctor Juan Martínez para designar a Córdoba Pueblo Mágico?

Preguntas hay muchas, pero faltan las respuestas, lo que es un hecho es que después de que concluya su cargo como presidente municipal, hasta ahí quedó Juan Martínez Flores, porque muchos cordobeses han externado su decepción y no volverán a votar por él y aun así ¿Morena podría darle el voto de confianza para operar su elección?

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