Pandemia de COVID-19 impactó salud mental de la población y del personal médico
Ciudad de México.- Sin duda, la pandemia de COVID-19 impactó en la salud mental de la población en general, y en particular del personal médico, con síntomas como depresión y ansiedad, afirmó el director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud, Juan Manuel Quijada Gaytán.
Señaló que algunos profesionales médicos que estuvieron en la primera línea de atención presentaron síntomas como conducta suicida y adicciones.
Ante esa situación, el Sistema Nacional de Salud implementó un plan de prevención y cuidados de la salud integral y mental. La pandemia mostró la necesidad de que la atención a la salud mental sea prioritaria desde la formación médica.
Respecto a la población en general, dijo que 70 por ciento de las personas que padecen COVID-19 experimentan al menos un síntoma posterior a la infección, como pérdida del sentido del olfato y del gusto, y 25 por ciento tiene fallas cognitivas. También, puede ocasionar deterioro en la concentración, la memoria, lenguaje y funciones cognitivas; ansiedad, depresión, y desregulación emocional conductual con orígenes neurodegenerativos.
Puntualizó que la ciencia médica sigue estudiando esta área, “no tenemos todas las evidencias”, ya que, además, la evolución de síntomas no está estandarizada, aunque se emplean algunos instrumentos como los estudios de imagen que muestran atrofia cerebral, la cual consiste en disminución del volumen cortical, alteración del sentido del olfato, anormalidad en el sistema límbico y en el cerebro, así como afectación al sistema nervioso central.
Hasta el momento, el tratamiento recomendado es la terapia cognitivo-conductual, técnica utilizada para reducir el estrés; así como la psicoeducación y rehabilitación cognitiva, ya que aún no existen medicamentos aprobados para esta “constelación de síntomas”; sin embargo, ensayos clínicos muestran mejoría con melatonina.
También señaló que la evidencia científica muestra que algunos factores de riesgo de padecer COVID-19 largo son tener más de 65 años, neumonía severa, persistencia de la dificultad para respirar, necesidad de oxígeno complementario por largo tiempo y neuroinflamación como consecuencia de la inflamación generalizada que provoca el virus.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la persistencia de tres o más síntomas como ansiedad, fatiga, dolor de cabeza, pérdida de apetito, alteración del olfato/anosmia, dolor de oído y de ojos después de la infección aguda por SARS-CoV-2 puede ser útil para identificar COVID largo en niñas, niños y adolescentes.
Al participar en la sesión conjunta entre la Secretaría de Salud y la Academia Mexicana de Cirugía (AMC), durante el Simposio: “Prioridades, perspectivas y avances en materia de salud”, Quijada Gaytán indicó que la atención mental se tiene que brindar desde el primer nivel, con base en un modelo preventivo y promoción de la salud, para identificar síntomas relacionados con este padecimiento.
Destacó que la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic), los SAP y el Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental (STConsame) trabajan en la implementación de la reforma a la Ley General de Salud en materia de salud mental y adicciones, donde la piedra angular es el respeto a los derechos humanos.
Hasta esta fecha, 93 mil personas que laboran en centros de salud cuentan con conocimientos necesarios para detectar problemas mentales y adicciones; incluye profesionales de la medicina, enfermería, psicología y trabajo social.
Al mismo tiempo se conforman servicios de salud mental y adicciones en los hospitales generales, que son el segundo nivel de atención, para que brinden consultas especializadas, tratamientos farmacológicos y programas de rehabilitación a pacientes con problemas que no se pueden resolver en el primer nivel.
Asimismo, el director general de los SAP indicó que es necesario el fortalecimiento de las redes de apoyo con las que pudiesen contar las personas con algún problema de salud mental, en la comunidad y la familia, para evitar el estigma, la desigualdad, el racismo y clasismo.