PANTEÓN XALAPEÑO

– SEGUNDA PARTE –

Nos adentramos más al panteón… caminamos entre pasillos… entre las tumbas. Hace más frío. Una sensación extraña invade mi cuerpo. Escalofríos. Dolor estomacal. Me duele la cabeza. Estoy un poco mareado. Raúl me voltea a ver y me pregunta cómo me siento. Ángel, no te veo bien ¿Qué tienes? No digo nada, solo lo volteo a ver. Se acerca y de su maleta negra saca sal de grano y una botellita pequeña. – Toma. Colocó en mi mano unos granos de sal blanca. Son más grandes de lo normal. Póntelos en la parte baja de la lengua. El agua era una solución aceitosa. Olía rico. Me dijo que era una loción especial. 21 machos, – dijo. Yo reí, pero me sentí tranquilo.

Las sombras y los ruidos son cada vez más frecuentes. Raúl y Javier dicen que las manifestaciones son más pesadas. – Están molestos. Algo no les gusta, dijo Raúl. Spencer continúa hasta el frente de todos. En eso, se escucha un grito. Sí. Fue un grito de mujer. De aquel lado – grito Raúl. Corre. Todos lo seguimos. ¡Es la llorona!, grita Spencer.  ¡No, no es!, ¡es un demonio!... La cara de Raúl esta desencajada. Desorientado. Nunca lo había visto así. Realmente algo grave estaba pasando o alguien “malo” ya estaba acercándose a nosotros.

Spencer seguía el recorrido buscando la dirección de dónde había venido ese aterrador grito. Pero el eco, no permitía saber exactamente de donde había surgido, solo que había sido un grito escalofriante. La noche era más fría.

Pasa de la media noche, exclamó Javi. Las manifestaciones ahora serán más recurrentes. En ese momento, volteo a mi alrededor y si, los rehiletes se mueven mucho más rápido. Veo sombras. Escucho ruidos. La sensación del estómago, los nervios y el dolor de cabeza calmó. El miedo se hacía cada vez más latente.

¡Vatos…Vatos…Vatos!, gritó Spencer. ¿Qué pasó?, dijimos y lo volteamos a ver. El celular está fallando, exclamó. Tengo el 70 por ciento de batería… nos acercamos a él y efectivamente, el celular estaba parpadeando. La transmisión en vivo, en la página del “Umbral de la Media Noche” en Facebook, se paraba constantemente. Aun así, continuamos el camino y nos adentramos más al cementerio.

Llegamos al área de cronos. Más oscura. Más fría. Más escalofriante.

Un árbol grande y viejo lleno de sombras y tenebrosidad nos recibe. Está en la esquina del pasillo. Subimos dos o tres escalones. Todo está tranquilo. Eso nos preocupa. El primero en entrar es Raúl, lo sigue Spencer y Javier. Al final yo. No si eso era bueno o malo. Caminamos. Llegamos a la tumba de Angelita. Azul cielo. Llena de azulejos y su nombre: “Angelita”, en el centro; en la parte de arriba.  

Nos colocamos alrededor de la tumba. Raúl está del lado izquierdo, yo, en el centro. Javi junto de mí y Spencer a un costado (en la derecha)

“Ángel,  cuéntanos y cuéntale a todos los que nos siguen en la transmisión, (que ya se había restablecido  y sorpresivamente el teléfono no se apagó), donde nos encontramos”, me dijo Spencer.

¡Hola que tal!, buenas frías madrugadas. Soy Ángel Hernández.  Nos encontramos en la tumba de la famosa Angelita. Angelita es una niña que murió a los 6 años, a causa de un paro fulminante al corazón.

Su tumba tiene una muñeca en la parte del centro.. A veces, tiene un vestido lila; otras azul cielo; otros morado. O bueno, eso hemos visto. Amigos, al contarles de la tumba, fueron al panteón y en la misma semana, vieron el vestido de la muñeca en esa gama de colores…

Pero, ¿Por qué es famosa la tumba de Angelita y su muñeca?

Cuenta la leyenda y lavadores de tumbas del cementerio que la pequeña Angelita se aparece por las noches o incluso las mañanas en todo el panteón jugando con su muñeca…

PARTE 3. FINAL…

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