Reconocen a científicas y científicos de la UNAM con el Premio Nacional de Ciencias
Un grupo de seis universitarias y universitarios de esta casa de estudios fueron reconocidos con las ediciones recientes del Premio Nacional de Ciencias, máximo galardón que el gobierno de México otorga por las notables líneas de investigación y aportaciones al bienestar del país. Ellas y ellos forman parte de las 15 académicas y académicos de diversas instituciones educativas del país que hoy fueron distinguidos.
La ceremonia se realizó en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, encabezada por la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, quien externó que la propuesta educativa de la actual administración tiene como principio la construcción de una sociedad más igualitaria, que deje atrás el individualismo y la exclusión.
Ante el subsecretario de Educación Superior de la SEP, a nombre de los premiados, Lena Ruiz Azuara, docente de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, reconocida en la edición 2021, destacó que el desarrollo científico en México es importante porque no deseamos convertirnos en un país que compra e importa tecnología en lugar de desarrollarla.
En el acto -al que también asistió la secretaria General de la UNAM, Patricia Dolores Dávila Aranda- consideró que aún falta camino para fortalecer la ciencia en nuestro país, además es fundamental definir y planear el progreso de las áreas que necesitan impulso, para generar conocimiento y resolver problemas de interés nacional.
“Se requiere la creación de suficientes plazas que den cabida a los profesionales de alto nivel académico formados en el país; es necesario renovar la infraestructura de laboratorios consolidados y fortalecer nuevos.
Es importante contar con una cartera de evaluadores objetivos y con buen nivel de conocimiento del área a evaluar, a fin de conseguir una retroalimentación propositiva y justa que favorezca el desarrollo del conocimiento”, señaló.
Ruiz Azuara subrayó que este reconocimiento es un estímulo y motivación para que hombres y mujeres que hacen ciencia sigan aportando su esfuerzo por el bien del país. Recordó que desde la instauración del premio, en 1945, tuvieron que pasar 56 años para que una mujer obtuviera esa distinción, y hasta 2019 solo 10 por ciento de los galardonados han sido mujeres.
Al continuar con su mensaje, Ramírez Amaya dijo que la nueva Ley General de Educación establece la necesidad de un diálogo continuo entre la ciencia, las humanidades, las artes, la tecnología e innovación como factores de bienestar en la transformación social, así como contribuir a la formación del pensamiento crítico enfatizando el trabajo colaborativo.
El Premio Nacional de Ciencias se ha convertido en un incentivo de superación para los miembros de la comunidad científica y tecnológica de México, quienes con disciplina y perseverancia han contribuido al crecimiento de la nación.
“Ustedes son ejemplo de talento, cuentan con una amplia y reconocida trayectoria en distintos institutos de investigación, donde han desarrollado toda una vida de trabajo y han formado profesionales en diversas áreas. Su compromiso se renueva con este reconocimiento”, resaltó.
En su oportunidad, Concheiro Bórquez manifestó: para el gobierno de México la entrega del Premio Nacional de Ciencias permite representar e impulsar el avance de la más elevada expresión del intelecto, con un espíritu humanista que fortalece nuestra identidad y nuestro patrimonio como nación. “Con ello se renueva el compromiso del gobierno con la ciencia, la investigación y el impulso a la tecnología en bien de la sociedad”.
También a nombre de los premiados, Refugio Rodríguez Vázquez, académica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, premiada en la edición 2021, refirió que las investigaciones que hoy reciben el galardón son logros del trabajo en equipo que busca generar conocimiento, transmitirlo y crear tecnología para ir hacia una nación más autosuficiente.
Los universitarios premiados
El Premio Nacional de Ciencias “José Mario Molina Pasquel y Henríquez”, edición 2023, en el Campo II, Tecnología, Innovación y Diseño, fue para Rafael Vázquez Duhalt, investigador del Centro de Nanociencias y Nanotecnología (CNyN) de la UNAM, con sede en el campus Ensenada.
El también jefe del Departamento de Bionanotecnología del CNyN ha desarrollado en este espacio de investigación proyectos aplicados a la medicina, como nanoacarreadores proteicos capaces de atravesar la barrera hematoencefálica; nanorreactores enzimáticos para el tratamiento de la enfermedad de Pompe, nanopartículas inmunológicamente inertes a células tumorales de mama y nanovehículos catalíticos para usos médicos.
El Premio Nacional de Ciencias, edición 2022, en el Campo I, Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, correspondió a Roberto Escudero Derat, del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM); y a Annie Pardo Cemo, de la Facultad de Ciencias (FC), quien no asistió a la ceremonia.
Doctor en Física, Escudero Derat es especialista en superconductividad, y su presencia en el IIM está asociada con la infraestructura que se ha conseguido para realizar investigación, como equipos de baja temperatura de criogenia, entre ellos dos licuefactores de helio, e igual número de licuefactores de nitrógeno, equipos para conseguir bajas temperaturas, un sistema para reducirla en el orden de 10 milésimas del cero absoluto. “Todo se ha conseguido con años y años de trabajo”, enfatizó.
En tanto, Pardo Cemo, bióloga y doctora en bioquímica, además de profesora emérita de la FC, es especialista en fibrosis pulmonar. Adscrita al Departamento de Biología Celular de la FC, en el Laboratorio de Biopatología Pulmonar de Enfermedades Fibrosantes la científica investiga los mecanismos celulares y moleculares involucrados en la patogénesis de las enfermedades fibrosantes de pulmón, además del papel de las proteínas llamadas metaloproteasas de matriz en la fisiopatología de las enfermedades pulmonares crónico-degenerativas.
Asimismo, en el Campo II, Tecnología, Innovación y Diseño, el Premio Nacional de Ciencias, edición 2022, recayó en Edda Lydia Sciutto Conde, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, quien tiene una amplia carrera en el tratamiento de la cisticercosis, enfermedad que, de acuerdo con la científica, ha sido desatendida y está relacionada con la pobreza.
Bioquímica, doctora en investigación biomédica básica y especialista en inmunología, la experta argentina residente en México ha creado con sus colaboradores tres versiones de una vacuna para el cerdo, animal que desempeña una función crucial como hospedero intermediario en la transmisión de la parasitosis. La primera fue sintética; la segunda, recombinante y de menor costo; y la tercera, oral desarrollada en células vegetales, específicamente en la papaya.
De igual forma, el Premio Nacional de Ciencias, edición 2021, en el Campo I, Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales correspondió a Lena Ruiz Azuara, de la Facultad de Química (FQ), y a Santiago Alberto Verjovsky Solá, del Instituto de Matemáticas (IM), campus Morelos.
Ruiz Azuara es doctora en Química y considerada pionera en México de la química inorgánica medicinal. Es docente de la FQ e investigadora emérita del SNII, además de presidenta fundadora de la organización Mujer Ciencia UNAM.
En 1982 inició un proyecto de desarrollo de fármacos con metales esenciales con posible actividad antitumoral. En 1990, luego de obtener evidencias de la actividad antineoplásica, su grupo interdisciplinario creció de manera gradual al requerir de nuevas disciplinas para el proyecto. Además, iniciaron los trámites de patentes y del título de marca Casiopeína.
En tanto, Verjovsky Solá es uno de los matemáticos más importantes del país gracias a su capacidad para conectar diversas áreas de la profesión, incluso si a primera vista parecen no estar relacionadas entre sí. Debido a esto ha sido llamado “el matemático más universal que ha tenido México”.
Sus estudios seminales sobre flujos de Anosov continúan siendo, 40 años después, reconocidos por los expertos en el área y, recientemente, se respondió “la Conjetura de Verjovsky”.