Resuena el Grito de García Lorca en lenguas indígenas
Guaadalajara, Jal.– Escrito a finales de los años 30 del siglo XX, Grito hacia Roma es un poema en el que Federico García Lorca manifestó su indignación ante la indiferencia de la Iglesia frente al sufrimiento de la época, lo que incluye la Gran Depresión económica, que inició en Estados Unidos y se extendió a diversas naciones.
Fue publicado de manera póstuma en 1940 dentro del libro Poeta en Nueva York. Gracias a una colaboración entre la UNAM, a través de la Direccion General de Publicaciones y Fomento Editorial, y el Instituto Cervantes de España, el poema de Lorca se publicó en 12 lenguas indígenas de México y 15 de América Latina. La presentación se realizó en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, escribió en uno de los textos introductorios que este proyecto no sólo rinde homenaje al poeta granadino, sino también celebra las lenguas indígenas como pilares de una nación multicultural. Con la participación en esta obra de poetas indígenas de diversas regiones, la UNAM y el Instituto Cervantes reafirman su compromiso con la diversidad lingüística y la justicia social.
Por su parte, el poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, afirmó que Grito hacia Romaes un urgente llamado al amor, la justicia y la fraternidad. En él, Lorca, inspirado en las figuras de Cristo y las poblaciones marginadas, plantea una visión de convivencia y equidad.
En esta ocasión, el mensaje del poema se amplifica a 12 lenguas de México (maya peninsular, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, náhuatl, otomí, purépecha, totonaco, tsotsil, zapoteco y zoque), y 15 de otros países latinoamericanos: Bolivia (aimara), Chile (mapuzugun), Colombia (desano, ikü, kogui, namtrik, nasa yuwe, sikuani y tuyuca), Guatemala (maya kaqchikel), Paraguay (guaraní), Perú (quechua) y Venezuela (pemón, warao y wayú).
El director del Instituto Cervantes indicó que en ese grito hay una denuncia a la contaminación, a la destrucción del planeta, al uso de la técnica para crear armas de destrucción masiva. “Es un grito contra el autoritarismo en nombre de la dignidad humana. Y la palabra que se obtiene del poema es amor, amor, amor”.
Precisó que trabajaron “con la ayuda de unos magníficos poetas, porque a veces la traducción es un ejercicio complicado cuando hay modos de convivir y valores tan distintos entre un poema escrito en Nueva York en 1929 y, por ejemplo, lo que se puede cantar en una comunidad originaria indígena en el mundo de hoy, recordando las herencias del pasado”.
Y por eso “me emociona mucho que el poeta con el que yo me formé, Federico García Lorca, se convierta en patrimonio de las lenguas indígenas latinoamericanas, en un proyecto que comparte el Instituto Cervantes con la UNAM”.
En tanto, Leonardo Lomelí explicó que con esta obra se mantiene una herencia lingüística y cultural ancestral, se enriquecen las formas de ver el mundo. “Son cosmovisiones que al decirse identifican no sólo a una cultura sino también a la humanidad entera. Pero también en términos de visión cultural la misión de la Universidad está en la democratización de las aulas, a través de la cuales la cultura es acercada a la población en general. Dicho de otro modo, asumirla y hacerla asequible”.
Lomelí afirmó que “no es gratuito que el texto traducido sea una oda luminosa que señala injusticias, y que además fue escrito por uno de los mayores poetas del mundo español, Federico García Lorca”.
El español y las lenguas originarias de América “han subsistido de manera paralela y a través de los años como formas y vehículos de comunicación de nuestras comunidades. Son correspondientes, se nutren a sí mismas en su proclividad, y aspiran a cohabitar en una suma y en una síntesis en donde lo relevante sea el reconocimiento de miradas y perspectivas, reconocer la diferencia para crear un sentido de pertenencia”.
En este aspecto, concluyó el Rector de la UNAM, la tradición lingüística también es un ejercicio de resistencia ante las desigualdades; nunca más olvidar y nunca más perder la esperanza. “El grito de Lorca en la actualidad no es hacia Roma, es hacia todos esos territorios en donde lo que se impone son las desigualdades, las inquietudes, las injusticias. Esas comarcas abandonadas en donde se discrimina por la lengua que uno habla, por el color de piel, por la clase social, por el nivel académico. Nunca más un escenario de esos”.