El pensamiento decolonial en Morena

Por Luis Guerrero.

Correo: 
Luisguerrerosur@yahoo.com  

18022023.

La perspectiva decolonial, junto con la filosofía de la liberación es expresión de un pensamiento crítico que ha enriquecido el debate en el seno del partido MORENA, incluso ha permeado sus documentos básicos e impulsa la formación política en programas dirigidos a cuestionarnos las desigualdades, las relaciones de poder, las cuales son expresión simultanea de dominación, explotación y conflicto, en cinco ámbitos: sexo-género, trabajo, conciencia o subjetividad, autoridad colectiva y naturaleza.(Verhttps://bit.ly/3wTq99u). Proponiendo para el primer ámbito, la alternativa de las nuevas masculinidades, respetuosas de la paridad de género y en lucha frontal contra el machismo opresivo, (ver portal del Instituto Nacional de Formación Política de MORENA).

De igual manera, delineado políticas públicas en contra del neoliberalismo, proponiendo y desplegando un modelo económico que sin injerencia externa incluye a los más desprotegidos, intentando generar una economía que piensa en la felicidad del pueblo, en el bienestar de las mayorías y que está en contra de la depredación de la naturaleza. 
Una propuesta por un cambio en la conciencia, (subjetividad), que permita el ejercicio pleno de la soberanía popular expresado como democracia participativa cotidiana, que ve en la autoridad, a su representante, que entiende el poder como servicio, pero que identifica el autoritarismo.

Se trata también de un ejercicio de desobediencia epistemológica, es decir, que cuestiona los saberes de la blanquitud imperial, las recetas de los organismos internacionales controlados por el interés privado-corporativo, hostil a la voluntad colectiva de los pueblos, baste ver la historia de los gobiernos de Chile, Brasil y más recientemente los de Bolivia y Perú, prácticas abusivas, respondientes a las necesidades de explotación, extractivas y de expansión del capital y explicando con sus actos la desigualdad económica.
Dicho con otras palabras, no se trata de seguir sus recomendaciones para salir del subdesarrollo, se trata de recuperar nuestra historia, nuestros valores y fortalezas culturales, reconocernos como iguales y rechazar las políticas engañosas, que ven la única razón en el poder extranjero, identificándose  como aliados que se asumen como diferentes, como castas en el pasado y como clases sociales superiores en el presente -en razón de su poder económico (no siempre bien habido)- son los fieles seguidores de los colonizadores asumiéndose en su lógica.
Podrá cuestionarse lo expresado, incluso algunos dirán: la colonia se acabó en 1821, en tal sentido, vale la pena la reflexión y la revisión del proceso de conquista que indudablemente marcó a muchas personas como conservadoras.

En ese sentido podemos pensar en cicatrices las indelebles que la colonización nos ha dejado en el proceso de expansión europea a través del atlántico y que fue a su vez la pauta para la etapa de expansión capitalista conocida como modernidad europea, ubicada en el “centro geográfico mundial”, explicada como: desarrollo, conciencia histórica, civilización, progreso, capitalismo, ciencia, creencia y tecnología; en el lado opuesto el de los colonizados, la periferia, lo tradicional, premoderno, incivilizado, atrasado, bárbaro, carente, necesitado e inferior. 
En ese contexto diferencial, la colonización puede apreciarse como dominio violento de lo político, social y cultural dirigido desde Europa, pues colonizó el imaginario, la perspectiva de lo sobrenatural, las maneras de expresión y sus formas de producción de conocimiento, todo explicado como “verdad única”, engarzada con la explicación metafísica del surgimiento de la modernidad eurocentrada, blanca, patriarcal, heterosexual, como cúspide del avance unidireccional de la humanidad, resultado de la “evolución lineal ”, como ejemplo a seguir, a propósito de los resultados.

El referente “inapelable”, del primer mundo desarrollado  -actualmente tutelado por los colonialistas ingleses ubicados al norte de nuestro país- se explica por el predominio de la razón superior, fue la clave, el “descubrimiento científico”, encontrado en las diferencias étnicas-raciales, discurso cobijado por el modo de apropiación “teórico de la realidad humana”, el cual organizó considerando el color de la piel, y otras características biológicas, en exceso o en defecto y apoyándose también enpeculiaridades genotípicas. 

¡Qué sorpresa!, arriba en el extremo de la escala se ubicaron a los blancos, “la raza blanca”, es decir a los europeos y su conocimiento desencantado del mundo, “confirmaron” lo que ya se intuía, su saber alcanzado a través de la poderosa herramienta: la razón sin corazón, esterilizada de cualquier sesgo mágico religioso o creencia, la ciencia positiva-experimental. Asimismo, la biología, se utilizó para “confirmar el binarismo de los dos sexos”, (que contribuyó a la homofobia, transfobia, y la lesbofobia), y permitió crear el imaginario de los dosgéneros a partir del sexo de nacimiento, dualismos que “se encuentran por todos lados” en la “ciencia legítima” de la modernidad.

Conocimiento que parece válido, que se confirma, pues quiénes son los excluidos, los marginados, los despreciados por el racismo, son los indios o la negritud, podría asegurar el pensamiento enmarcado en la colonialidad, ese que se va con la finta y deja de lado la opresión, la perspectiva de la inferioridad que pone a unos por debajo de otros, en lo que se conoce como relaciones de poder, que explican la relación dominador-dominado, superior-inferior, sexo-género, hombre-mujer, hombre-naturaleza, sujeto-objeto,estado-sociedad civil, política-economía, autoridad-comunidad, todo en una relación dicotómica separada en sus extremos. Se trata de la colonialidad, que hace invisible y naturaliza el poder de unos sobre otros y que burdamente se piensa como una senda de progresolineal, lo que les permite manipular en razón de sus propias virtudes, a la “peligrosa, incontrolable naturaleza salvaje”, enmascarando su visión antropocéntrica de dominio y explotación irracional-patriarcal.

Expresión heterosexual que como necesidad de la reproducción de capital asignó de manera arbitraria,  el trabajo externo y remunerado al varón y la actividad privada devaluada a la mujer, de manera que con un solo salario el patrón aseguró la reproducción de la mano de obra y el cuidado de su trabajador, así se abonó al invento del género en la colonia, propio de las relaciones de poder, invisibilizado, naturalizado y violento; de la misma manera la separación de la especie humana de la naturaleza, para saquearla, para pensarla como recurso natural, capital natural, y todas esas trágicas vaciladas eurocéntricas, que explica el “desarrollo sustentable”, políticas ecológicas, prometedoras del desarrollo nacional y  que aprovechando a las matemáticas proponen los niveles óptimos y las tazas máximas de explotación. 
Pero en los hechos nos mienten al separar al ser humano de la naturaleza, por medio de perspectivas utilitaristas, que cosifican y mercantilizan la casa común, contradiciendo la historia humana y despojando de su territorialidad a las comunidades originarias, cuya cosmovisión avala la vida y protege actualmente las reservas naturales más grandes del mundo, a pesar de los “valores coloniales”.  

Es por todo lo anterior, que siembra la duda quienes prometen modernidad o la de etapa de progreso y desarrollo, pues se obvia la líneacolonial y conservadora.

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