Es una carta de amor

TIERRA DE BABEL

Jorge Arturo Rodríguez   

Aperitivo 1: “Las revoluciones las hacen hombres de carne y hueso, no santos, y todas terminan por crear una nueva casta privilegiada.” (Carlos Fuentes). ¿Cuál es la casta privilegiada en la actualidad?

Aperitivo 2: “No creo que las mujeres candidatas ofrezcan mejores proyectos solo por ser mujeres”. (Patricia Mercado). ¿A poco?

Elías Canetti decía que nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta. Luego entonces hoy estamos más solitarios que nunca, puesto que estamos inmersos, perdidos, en las redes sociales y más lo que viene, al menos que aprendamos a utilizar el universo y meta universo de la tecnología y la ciencia a favor de la humanidad que mucho necesita de un granito de arena de amor verdadero. ¿Qué es eso?

       El pasado 12 de noviembre fue el Día Nacional del Libro. Ah, bien, y como siempre, a darle con eso de cuántos libros leemos, y dale que dale con fomentar la lectura y etc. ¡Por Dios! ¿Tons pa’ qué tanto avance tecnológico? A volar los libros, que la ignorancia se apodere de nuestras vidas y mejor divirtámonos, metámonos en la sobrevivencia catastrófica del sálvese quien pueda. Seamos crédulos de todo cuanto nos digan… Sabían que la democracia es una simulación que se ha venido gestando desde hace años en favor de vaya a usted a saber de quienes.

       En fin, que el pasado 12 de noviembre fue el Día del Cartero y ni quien se acordara o diera cuenta de esa madre de oficio que no sabemos si aún existe. Recuerdo el encanto de escribir cartas y el de recibir contestación días, semanas después, en la espera doliente y deliciosa de que llegara el momento de abrir el sobre y leer… Y vendrán tiempos terroríficos, ausentes, lejanías angustiantes. Relojes sin manecillas a los que no les importa el tiempo.

       Escucho cuantas veces puedo la canción “Lucía” con Joan Manuel Serrat:

“Vuela esta canción
Para ti, Lucía
La más bella historia de amor
Que tuve y tendré.

Es una carta de amor
Que se lleva el viento
Pintado en mi voz
A ninguna parte
A ningún buzón.”

         ¿Qué ha pasado con los carteros? Pero es que ahora la gente no sabe escribir una carta. No es necesario explicar tal situación, porque bien la sabemos. Al rato les mando un watsap…

Los días y los temas

El gran filósofo Bertrand Russell escribió una joyita de varias narraciones a los ochenta años: Satán en los suburbios o Aquí se fabrican horrores. Son relatos literarios –estupendos-, jugando con la filosofía y otras delicias. Empieza de la siguiente manera:

“Vivo en Mortlake y tomo diariamente el tren para ir a mi lugar de trabajo. Cierta noche, al regresar a mi domicilio, ví que había una nueva placa de bronce en la puerta de una casa ante la cual paso todos los días. Con gran sorpresa por mi parte, observé que la placa de bronce, en lugar de contener el habitual anuncio médico, ostentaba esta inscripción.

Aquí se fabrican horrores.

Consultorio Dr. Murdoch Mallako.

Este rótulo me intrigó tanto, que cuando llegué a mi casa escribí una carta en la que solicitaba del doctor Mallako una información más amplia que me permitiese decidir si me convendría o no convertirme en su cliente. Recibí la siguiente respuesta.

“Muy Sr. mío

No es sorprendente por completo que solicite algunas palabras de explicación respecto a mi placa de bronce. Es probable que haya observado usted una tendencia reciente a deplorar la fastidiosa monotonía de la vida en los suburbios de nuestra gran metrópoli. Algunas personas cuya opinión debe de poseer gran importancia, han expresado su parecer de que la aventura, y aun el incentivo del peligro, harían que la vida fuese más soportable para las víctimas de la uniformidad.

Me he embarcado en los azares de esta profesión, enteramente nueva, con la esperanza de poner remedio a dicha necesidad. Creo que puedo proporcionar a mis clientes nuevas -emociones y nuevas excitaciones de tal magnitud, que transformarán por completo sus vidas.

De desear usted una información más amplia, le ruego que tenga la bondad de solicitar una entrevista conmigo. Mis honorarios son diez guineas por hora.”

       En honor a los Carteros -¿dónde están?-, espero algún día me regresen las cartas que escribí a familiares, amigos y enamoradas mías. Y en honor a este inolvidable oficio, algún día escribiré una carta dirigida al presidente de la República para pedirle que ya no diga tantas tonterías y tampoco mentiras.

       Escribió Blaise Pascal: “He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.”

De cinismo y anexas

Queridos fans:

Debo decirles que no me importa el género que sean, ni las preferencias de cualquier tipo que tengan, mucho menos que no me lean. Lo fascinante muchas veces es escribir, es como una carta dentro de una botella que tiras al mar.

       Pienso, con Jaime Moreno Villarreal, que una carta enviada que nunca llega es como una moneda arrojada a una fuente. Quizá después de todo sí cumpla un deseo.

       Bueno, en cuanto a los libros, mi amigo Margarito Cuéllar me comentó que la sabiduría no está en los libros; si así fuera, las polillas serían sabias.

       Hasta la próxima.

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