Japón despide entre protestas al asesinado ex primer ministro Shinzo Abe


Miles de japoneses y alrededor de 700 dignatarios extranjeros despidieron el martes 27 de septiembre a Shinzo Abe, el ex primer ministro japonés asesinado el 8 de julio, con un funeral de Estado por el dirigente que ha permanecido al frente del Gobierno de Japón en la historia constitucional del país. 

Al mismo tiempo que una multitud se manifestó frente a la sede del Parlamento para denunciar la costosa ceremonia que le cuesta al erario público 12 millones de euros y para cuestionar sus bases legales, miles de personas formaron colas de hasta tres kilómetros para dejar una ofrenda floral en un altar habilitado en un parque vecino al estadio Nippon Budokan de Tokio, donde se celebró la ceremonia.

Frente a una fotografía mural rodeada de flores, el primer ministro, Fumio Kishida, leyó un mensaje en el que recordó que Abe participaba en un mitin político cuando fue abatido. 

En el funeral hubo fuertes medidas de seguridad para proteger a sus 4 mil asistentes y 700 invitados extranjeros.

El funeral de Estado del asesinado ex primer ministro japonés Shinzo Abe, un honor reservado en un principio a la familia imperial, dividió a la sociedad japonesa y desatado fuertes protestas por el coste de la ceremonia, llevando incluso a un hombre a inmolarse.

Abe era muy admirado en el extranjero, pero era una figura que dividía dentro de su país. 

Quién estuvo presente fue el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard.

A través de su cuenta de Twitter, Ebrard anunció que estaba llegando a Tokio “para acompañar al pueblo y gobierno de Japón en el Funeral de Estado de Shinzo Abe, ex-primer ministro de ese país amigo de México. Respetado interlocutor, siempre estuvo atento a los puntos de vista de nuestro país en el G20. Descanse en paz”.

Con información de El País y BBC mundo 

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