La salud del Presidente

La Contraparte

Por ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

El problema de salud que sufrió el presidente Andrés Manuel López Obrador el domingo en Mérida, Yucatán, sigue en un velo de misterio y ha generado mayores dudas con el paso de los días por las contradicciones de funcionarios acerca de lo que le pasó al jefe de Estado, aunado a la escasa y pésima comunicación oficial, que por lo mismo no ha sido creíble, atizada por infinidad de comentarios surgidos en redes sociales, precisamente por ese vacío de información. ¿Qué ocurrió? Según el Diario de Yucatán, el jefe del Ejecutivo federal se desvaneció previo a un desayuno dentro de una instalación militar para revisar el avance de la obra del Tren Maya, y de inmediato lo trasladaron en un avión de la Fuerza Aérea a la Ciudad de México para ser atendido. Esa versión no fue desmentida, aunque el director de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuevas, declaró que el Presidente no había suspendido sus actividades, lo que resultó falso. Más tarde, en un extraño tuit, por su inusual lenguaje, el mandatario habría comunicado que por tercera vez se contagió de Covid y estaba bajo tratamiento médico, y agregó en el texto que estaba “al cien” de su corazón, explicación no pedida que despertó mayores sospechas. 

El lunes, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, reiteró que el presidente estaba bien de salud, con Covid, bajo tratamiento “con paracetamol”, y regresaría a sus actividades “en dos o tres días”; desmintió al Diario de Yucatán acerca del desvanecimiento que sufrió AMLO, pero admitió que sí fue transportado por vía aérea a la capital, con salida aproximadamente a las 4 de la tarde y, en sus propias palabras, habría llegado a su destino “poco después de las 3 de la tarde”. 

Si sólo se tratara del virus, ¿habría ameritado un traslado de urgencia?, y si eso fuera, ¿porqué razón no lo ha explicado mediante un video, como lo hizo en las dos ocasiones anteriores?. 

Todo esa madeja enredada trató de componerla el secretario de Salud, Jorge Alcocer, en la “mañanera” refiriéndose al Covid cómo la enfermedad que afecta al presidente, pero en una parte de su exposición habló del chequeo al Ejecutivo para determinar si las condiciones de su corazón ponían en riesgo su salud, encontrándose que “la tensión arterial se ha controlado más hacia la baja, pero esto es porque no está haciendo acciones”, lo que no deja lugar a dudas de que existe una afectación cardiaca, probablemente provocada por el virus del Covid

. ¿Porqué ocultar información? Es el sello de la casa la opacidad, que resulta inquietante tratándose de la salud del jefe del estado mexicano, y su estado de salud es de interés público, de lo cual tendría que informarse oportunamente y con total transparencia a los ciudadanos. Ese mal manejo de crisis solo dio lugar a que algunos mensajes en redes sociales, incluso se llegara al extremo de decir que estaba sumamente grave, o de plano, con absoluta temeridad se afirmara que había fallecido. 

A eso han expuesto al presidente de la República sus operadores de las áreas de Comunicación y política interna, por el torpe manejo de información que, por lo visto, durará varios días más, hasta que sea imposible ocultar lo que en realidad sucedió con la salud del Presidente.

+++El gobierno federal debe responder por el acoso criminal de que son objeto la presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y otros ministros, por hordas de morenistas fanatizados que han cercado el edificio de esa institución en reclamo a la decisión de los miembros de ese poder de anular la decisión presidencial de asignar la Guardia Nacional al Ejército, y deveolverle el carácter de civil de la corporación, conforme a lo que ordena la propia Constitución, pero sobre todo, para intimidarlos. 

Quien haya ordenado ese cerco, debe ser sancionado, principalmente su líder Mario Delgado. Esa hostilidad no debe tolerarse ni cobijarse desde el poder.

Escriba a opedro2006@gmail.com

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