Las justificaciones

La Contraparte

Por ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

La masacre del domingo en el puerto de Veracruz, corazón del estado, ha pretendido reducirse a la justificación de que se trató de “un ajuste de cuentas” entre grupos de la delincuencia organizada, de acuerdo a la afirmación del gobernador Cuitláhuac García Jiménez. 

Seis personas asesinadas, cocidas a balazos con armas de alto calibre, incluidos dos niños y una mujer es de terror, y tendría que haber generado una reacción del gobierno que sirva para resolver un problema que vuelve a etallar en sus manos, en lugar de minimizarlo; pero, además, lo dicho por la primera autoridad del estado, es tanto como dar anuencia a esos grupos criminales para hacer justicia por propia mano y tácitamente expresa la renuncia del estado a su obligación de aplicar la ley, dar seguridad a los pobladores, perseguir y castigar los delitos. 

El atentado a “El Pino”, hermano de Reveriano, a quien se identifica como líder del grupo “Los Pelones” de la sierra del Totonacapan, ni aún siendo presunto criminal, puede justificar su asesinato, y, en este caso, junto con él, a la familia de Pérez Vega y un maestro que le servía de chofer. 

Este asunto, del que el gobernador García se duele de que los medios le den cobertura, es el verdadero rostro de la violencia extrema e inseguridad en que han convertido la entidad los gobiernos de los últimos años, desde Fidel Herrera, pasando por Duarte y Yunes, pero más en los últimos cuatro años de su administración. 

Un detalle más, pero relevante, es que sí, como también señaló el mandatario, el principal objetivo del ataque del domingo estaba identificado como integrante de un grupo delictivo, cómo puede explicar su gobierno que  el hermano de Reveriano pudiera desplazarse con absoluta libertad a cualquier lado, en este caso a la zona conurbada, para participar en un acto político del partido Fuerza por México, y estuviera presente en una rueda de prensa que ofreció esa organización que, curiosamente, ha guardado absoluto silencio respecto a este hecho, cuando en tales circunstancias, el asesinato de su ex candidato a la alcaldía de Coxquihui y probable candidato a diputado local por aquel Distrito, debió, por lo menos, dar un posicionamiento de condena y exigencia de aclarar el proditorio asesinato. 

Las expresiones y silencios dicen mucho, pero para la población, lo lamentable es que sigan justificándose estos acontecimientos, y todavía peor, que no se actúe para resolverlos, más allá de ser tema de la Mesa de Coordinacion para la Construcción de la Paz que, en los hechos, no sirve de nada. 

Y eso de que ya hay detenidos, habrá que ver si no se trata de palos de ciego, o fabricar culpables, pues si las corporaciones de seguridad no pudieron realizar una rápìda movilización para rastrear a los sicarios, menos podrán hacerlo después del paso de los días.

Escriba a opedro2006@gmail.com

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