Los ciberataques para secuestrar datos se duplicaron en los seis últimos meses

El secuestro de datos o ransomware es una de las ciberamenazas más temidas, sobre todo en el ámbito profesional, donde la información es más sensible y muchas veces fundamental para el funcionamiento del organismo o de la empresa (cuando no determinante para su seguridad). 

Durante los últimos seis meses, las variantes de esta técnica, que consiste en que los ciberdelicuentes cifran los datos y piden un rescate para liberarlos, prácticamente se han duplicado. Eso es lo que determina el Índice Global de Amenazas elaborado por los laboratorios FortiGuard, el equipo de inteligencia de amenazas de Fortines, compañía de ciberseguridad originaria de Estados Unidos.

“El ransomware sigue siendo una de las principales amenazas y los ciberdelincuentes continúan invirtiendo importantes recursos en nuevas técnicas de ataque”, explica en el informe. En medio año la compañía ha registrado 10.666 variantes frente a las 5.400 del semestre anterior.

Al crecimiento de este tipo de ataque ha contribuido el teletrabajo desde el inicio de la pandemia de covid-19. José Luis Laguna, director de ingeniería de Fortinet Iberia, explica: “Teletrabajamos mucho y, en la mayoría de las ocasiones, los dispositivos que utilizamos están conectados a redes mal protegidas. El móvil, la tablet o el ordenador del trabajo que utilizas en casa no están conectados a la red del trabajo, que también podría sufrir un ataque, pero en casa estos dispositivos son más fáciles de atacar y por eso concentran ahí sus esfuerzos los ciberatacantes”.

Al auge de las variantes de secuestros de datos también contribuye, según la compañía, el modelo de ransomware como un servicio (ransomware-as-a-Service, Raas), que ha ido ganando popularidad en la internet oscura o dark web. 

Los desarrolladores ofrecen modelos de suscripción que permiten a los delincuentes con menos experiencia (o nula) llevar a cabo un ciberataque dirigido y convertirse en consumidores.

A pesar de los esfuerzos y de las acciones a nivel internacional que se llevan a cabo para hacer frente a estos delitos, siguen constituyendo una amenaza importante para las organizaciones, independientemente de su tamaño.

Con información de El País 

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