Tuxpan y la zona norte iluminan el camino del Niño Perdido, expanden tradición en varios municipios  

  • La Asociación de Hoteles y Moteles de la región y cámaras empresariales implementaron por primera vez una peregrinación en este lugar

Por Ángel Hernández 

Tuxpan, Ver.- Son las siete de la noche del siete de diciembre. Las calles de Tuxpan están llenas de luz. 

Chicos y grandes colocan velitas de cera amarillas. Encienden una por una. Estas velitas guiarán al niño Jesús en su camino a casa. 

Es la tradición del Niño Perdido en la región huasteca de Veracruz. Basada en el evangelio de Lucas, que cuenta una de las pocas historias disponibles acerca de la infancia de Jesucristo. 

En este pasaje, el pequeño Jesús de 12 años de edad viaja con sus padres a Jerusalén para las fiestas de Pascua, pero ellos lo pierden de vista.

Después de tres días, José y María encuentran al Niño Jesús en el templo de la ciudad, conversando con los maestros judíos. 

Fue en el siglo XVIII, el fraile Junípero de Serra se encontraba en plena labor de evangelización en el norte de Veracruz. Como una forma de unir a los habitantes y transmitir un mensaje religioso, utilizó esta historia para crear una bella tradición.

La Presidenta de la asociación de hoteles y moteles de Tuxpan y región huasteca, Estela López Sánchez expresó que “está tradición  tiene más de 100 años,  que inició precisamente en Tuxpan, cuando un fraile llego a la zona norte de Veracruz y bueno le gusto Tuxpan, vino aquí a Tuxpan y dijo:  hay que hacer algo en esta municipio y él se le ocurrió hacer esa tradición de este pasaje bíblico”, expresó. 

Y es que este año y para seguir con la tradición y atraer más cantidad de turistas a esta zona norte de Veracruz, la asociación de hoteles y moteles de la región junto con cámaras empresariales implementaron , por primera vez, una peregrinación de niños, niñas,  jóvenes y familias enteras encabezada por José y María, en representación del viacrucis que vivieron  en la búsqueda de Jesús.         

Gustavo Auyama, Presidente Consejo  Cultural Turística  de la huasteca  expresó que “esta velita y este carrito es la representación del día del niño perdido y la idea fue hacer la primera peregrinación del día del niño Perdido y también tener el primer carrito monumental, el más grande de la región huasteca junto con la velita más grande de la región tiene 15 metros la velita y 5 metros de largo por tres de altura el carrito; está hecho de puro cartón con la finalidad de rescatar esa tradición”, aseguró. 

El callejón del Niño Perdido en el centro de Tuxpan  también se llenó de luz, alegría y pequeños que encendieron velitas para ayudar al niño Jesús a regresar a su casa. 

Las primeras velas en encenderse son siempre las del Callejón del Niño Perdido, a los pies de una escultura dedicada a la festividad.

Entre los multicolores del mural junto a esta escuelita en honor al “Niño perdido”, familias enteras se toman fotografías con los carritos de carros y sus pequeños, para recordar tan momento. 

Yare Vargas acudió con su pequeña Vale que construyó su carrito de cartón con figura de gatito y preservar esta tradición. 

“Muy bien, muy agradable; siempre en familia, con mi hija venimos.  Elabóranos el carrito de su personaje favorito: un gatito; y como siempre cada año venimos con la familia; es bien bonito y si a seguir fomentando la tradición”, dijo. 

Esta tradición, comenzó en Tuxpan, pero se celebra en Xalapa, Cerro Azul, Poza Rica e incluso en algunos barrios de la Ciudad de México.
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