Winckler, ¿acto de justicia?

La Contraparte

Por ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

La detención del ex fiscal general del estado (FGE), Jorge Winckler Ortiz el lunes por la noche en Puerto Escondido, Oaxaca, dejó en claro que fue abandonado a su suerte, a tal grado que no hubo un abogado para defenderlo de inmediato, rubricado por el silencio del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, su ex jefe político, a quien obedecía todo lo que le ordenaba; y, contra lo que se diga en Palacio de gobierno, este, más que un acto de justicia, parecería de venganza por la negativa de Winckler a entregar la Fiscalía cuando se le exigió hacerlo y mantenerse en en el cargo casi un año en el gobierno de García. 

Lo que sí hubo, sin mínima trascendencia, fueron los posicionamientos del Comité Estatal del PAN y de la diputada federal María Josefina Gamboa Torales, sobre todo ella, a quien, como su abogado defensor, le debe haberse salvado de purgar una larga condena por el homicidio de un joven traseúnte, a quien atropelló en Boca del Río. 

Los agentes que capturaron a JWO ya sabían donde buscarlo, sólo esperaron a que estuviera en la calle, y en shorts y playera le echaron el guante. ¿Fue delatado?, son las versiones que se escucharon ayer. 

En su función como titular de la FGE, Winckler cumplió la orden de apresar a Luis Ángel Bravo Contreras, a pesar de que el ex fiscal general en el gobierno de Javier Duarte, aceptó entregar anticipadamente ese organismo que después Yunes ocupó como instrumento de venganzas políticas. 

Ahora, después de casi tres años de mantenerse prófugo, el mismo lunes fue ingresado al penal de Pacho Viejo en calidad de indiciado por presumibles delitos de tortura y desaparición forzada. 

¿Qué consecuencias podría tener esta detención? No se sabe los alcances, incluso si pudiera implicar en sus declaraciones al ex gobernador Miguel Ángel Yunes, pero sí servirá para sacar a relucir muchas irregularidades que se cometieron en su gestión, que ayer el Ejecutivo estatal anticipó, como la probable protección a grupos criminales, negociación con delincuentes a cambio de entrega de bienes materiales o dinero y deficiente integración de carpetas de investigación para beneficiar a ciertos personajes que cometieron delitos contra el patrimonio del estado. 

Esa aprehensión seguirá siendo muy polémica, tanto por reacciones de críticas a lo que se ha calificado como una persecución política, como por  el festejo de varias de las víctimas más relevantes del fiscal yunista, entre ellos su antecesor en la FGE, Luis Ángel Bravo, y el ex gobernador interino Flavino Ríos Alvarado, por lo que sijeron que se cumplió la “justicia divina” de llevarlo a proceso, bajo “la misma vara con la que midió” cuando estuvo en el poder, menos dos que se abstuvieron de emitir juicios, Arturo Bermudez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, y Juan Antonio Nemi Dib, ex secretario de Salud y ex director general del DIF estatal bajo las órdenes de la señora Karime Macías Tubillas, a quienes también le ordenaron que los enviara a la cárcel. 

Habrá que esperar, pues esta detención, es tanto como reiniciar el juego del 2024 que, en la percepción pública, sólo puede notarse en un impacto parcial que no gravita mucho en este momento.

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