Naolinco, está de luto; llegan cuerpos de los jóvenes que fallecieron en tráiler de Texas

Información e imágenes de Ángel Hernández 

Naolinco Ver.- Resguardadas por patrullas, tres carrozas cerca de las 2 de la mañana arribaron San Marcos Atexquilapan en Naolinco, Veracruz, en ellas trasladaban los cuerpos de Yovani, Jaír y Misael, jóvenes migrantes que perdieron la vida en un tráiler abandonado en San Antonio, Texas el pasado 27 de junio. 

Los restos mortales de los jóvenes, llegaron pasadas las tres de la tarde del miércoles, al Aeropuerto Internacional de Toluca en el Estado de México. Ahí el Ejército Mexicano recibió y entregó los cuerpos de los migrantes a las carrozas que los transportarían a su tierra natal. 

Doce hora después, al filo de la media noche del jueves y después de un viaje aéreo y terrestre, el martirio para la familia Olivares en Naolinco, terminó.

Yolanda Olivares, Mamá de Yovani y Jaír relata que estos 15 días fue sido de desesperación e incertidumbre. 

“La verdad el dolor que estoy pasando no se puede explicar. Es un dolor tan grande pero pues tengo que salir adelante de esto en memoria de mis hijos”, dijo. 

En la entrada de San Marcos Atexquilapan  cientos de vecinos, amigos y familiares con veladoras, esperaron por varias horas la llegada de Jair, Jovani y Misael, de tan solo 16 y 20 años de edad.

Con música de viento caminaron a la casa de los tres jóvenes donde aguardaron su arribo.

Primero llegó Jaír. Su ataúd color azul oscuro fue entregado a su mamá y papá. Destrozados se acercaron a él y entre gritos y lágrimas le dieron la bendición. 

Jovani fue el segundo en llegar. Su ataúd también de color azul. En la parte baja una etiqueta con su nombre. Su madre la vio, la leyó y  se acercó a ese ataúd Frío.

Posterior llegó un ataúd color blanco  en el iba el cuerpo de Misael. El primo de Yovani y Jaír, también futbolista. Su mamá lo recibió, entre lagrimas lo persignó y se postró sobre el. 

“Mi amor. Mi pequeño. Mi hijo. Mi amor quería que regresaras pero no así. Te dije que te apurarás pero no tan rápido y de esta forma”, gritaba entre lágrimas. 

Familiares, vecinos y amigos de “Sami, Bocho y Pollo”, así conocían a los tres jóvenes en su equipo de fútbol, lloran su partida, los recuerdan con cariño. 

En un pequeño cuarto que alberga el cuerpo de los tres jóvenes hay un cartel elaborado por su familia. Hay fotos de los jóvenes cuando viajaron a la CDMX, “selfies” de cada uno de ellos; de su equipo de fútbol, todo lo que les gustaba hacer en San Marcos Atexquilapan. 

En su altar lo acompañan tren cruces con balones de fútbol, deporte que les gustaba practicar. 

Mientras que afuera de su casa , se colocaron carpas y sillas donde se ora por su eterno descanso. 


error: Elementosmx