¿Prórroga o reelección rectoral?

Opinión del Dr. David Román Jiménez López[1]
La Universidad Veracruzana, la máxima casa de estudios del Estado de Veracruz y la universidad pública estatal (UPE) con mayor ranking del sureste mexicano, se encuentra envuelta desde hace un par de semanas en “dimes y diretes”. Esta situación evidencia como la “política de cuarta” que ha venido des-transformando al país también ha hecho en la Universidad poniendo en jaque su autonomía, una autonomía que hoy ya es dubitable todo porque el actual Rector, Dr. Martín Gerardo Aguilar Sánchez, quien asumió su gestión el 1° de septiembre del 2021 no desea y no pretende “soltar la silla”, ésa que no sólo le ha beneficiado a él sino también a los “poderes fácticos” que funcionan al interior de la Universidad sigilosa y abiertamente, y que se han visto beneficiados con su política de austeridad y por su falta de poder. Es que para el para el actual Rector, de profesión sociólogo, es mejor conocer los problemas sentado desde un escritorio que hacerlo desde el campo, es decir, desde el terreno de la afección, esto se justifica en su incapacidad de conciliación en la toma de decisiones, por lo que prefiere que otros hagan lo que a él le corresponde. Total, que la función rectoral se resume en dar discursos, tomarse la foto y después esconderse en la oficina.

A lo largo de estos cuatro años el Programa de Trabajo Por una transformación integral, ha causado efecto inútil en su aplicación. Alrededor del 40% de sus propuestas se alcanzaron, el otro 60% son letra muerta: instalaciones educativas con deficiencias estructurales; candados en el ingreso y permanencia de los alumnos; un Modelo Flexible (MEIF) que atenta contra los estudiantes que se pasan todo el día al interior de las facultades porque sus horarios les impiden siquiera poder trabajar; un sindicato que interviene en la asignación de Experiencias Educativas o que negocia con las entidades educativas para la ratificación de bases y plazas de Tiempo Completo, de Técnico Académico o de Investigador; docentes de carrera que sobrepasan los 65 años de edad y que por no perder sus privilegios continúan “impartiendo” cátedra, volviéndose un lastre para la educación puesto que su interacción con los jóvenes es superada, máxime cuando estos requieren de nuevas perspectivas en el proceso de enseñanza-aprendizaje; entre otras problemáticas que se conocen dentro y fuera de la universidad y que muchos estudiantes, profesores y personal administrativo prefieren callar o “hacer como que no existen” por temor a represalias, sanciones, despidos injustificados o que no vuelvan a ser contratados al siguiente semestre para impartir clases (este último caso, para los Profesores de Asignatura “A” o “B” quienes componen arriba del 50% de la plantilla laboral en las entidades académicas y que se encuentran limitados en sus derechos laborales y poco respaldados por la fuerza sindical).
Como bien sabemos junio es el mes en que la Junta de Gobierno de la UV debe abrir convocatoria para la elección del futuro titular de la Rectoría. A la fecha se han revelado los nombres de tres personajes, dos de ellos hombres y una sola mujer: el Dr. Jorge Manzo Denes, el Dr. Rafael Vela Martínez y la Dra. Marisol Luna Leal, todos ellos con una amplia trayectoria profesional y académica en su área del conocimiento. Estos tres candidatos han esperado diligentemente a que la Junta de Gobierno dé continuidad al proceso legal de elección rectoral para el periodo 2025-2029. Cada uno de ellos se ha manifestado a favor de la autonomía universitaria y cada uno de ellos ha formado un equipo de trabajo sólido compuesto de hombres y mujeres con experiencia y probidad. Sin embargo, hay una barrera que les impide continuar con su camino, el hecho de que el actual Rector ha solicitado a aquel Cabildo una prórroga para seguir al frente de la Universidad, saltándose el proceso de elección que se ubica en la Legislación Universitaria.

Pongamos atención. La prorrogación es un derecho que el artículo 25 del Estatuto General, el 10 de la Ley de Autonomía y el 35 de la Ley Orgánica de la UV reconocen a favor de la persona que ocupa el cargo de Rector para continuar en el puesto otro cuatrienio más. Sin embargo, para quienes nos dedicamos al estudio del derecho sabemos bien que no hay derecho absoluto cuando la norma es especifica. ¿Por qué lo digo? El artículo 37 de la Ley Orgánica de la UV (legislación máxima que regula a esta UPE) manifiesta que para “ser” Rector se requiere tener más de 35 años de edad y menos de 65. En derecho esto es a lo que denominamos “condicionante de la acción” o “conditio sine qua non”, es decir, que para que una persona ocupe ese puesto de servidor público, la edad lo condiciona a ser elegible, así como, a prorrogar el puesto en caso de que éste se vea interrumpido por la finalización de un periodo de gestión. De tal manera que el Dr. Aguilar Sánchez en el 2021 no tenía 65 años, pero hoy en día los supera, recordando que el mandato para el cual fue elegido finaliza en agosto del presente año, por lo que aún en prórroga no podría (re)asumir el puesto que hoy ocupa. De esta manera, coincidimos en que la prorrogación es un mecanismo que materialmente funciona como reelección, una disfrazada de buenas intenciones, pero con demasiadas arbitrariedades.
Mucho se ha dicho que el Rector puede ampararse por verse discriminado en el tema de la edad. Esto suena ilógico, tanto como decir que una persona que aspira ser Presidente de la República a los 20 años se vea vulnerado porque la Constitución dispone que para serlo se debe tener 35 años o más de edad. De tal manera que un Juicio de Garantías es improcedente.
Así, la Universidad Veracruzana demanda democracia, demanda la voz de su comunidad, no de manera manipulada como se está haciendo al poner en cuestión la ley universitaria y maliciosamente los “poderes fácticos” están abusando de su poder para convencer a profesores, administrativos y estudiantes de votar a favor de una prorrogación en grupos de 3 o 4 personas, cuando muchos de ellos ni siquiera conocen al Rector en persona.
Si es su ánimo del Dr. Aguilar Sánchez seguir al frente de la UV y cumplir cada una de sus propuestas de trabajo, que lo haga de manera democrática, que sea a través de un concurso con los demás aspirantes, y la comunidad universitaria evalúe sus responsabilidades desde la óptica que les corresponde.
Estamos en tiempos de gobernanza, de inclusión y de salvaguardar la autonomía de nuestra casa. De que como miembros de esta Comunidad debemos considerar la igualdad y la equidad de género en este proceso de elección, de tal forma que en nuestra Universidad y en su futura Rectoría, permita que el sol salga para todas y todos y, desde donde, todas y todos transitemos hacia la excelencia.
[1] Licenciado en Derecho, Maestro con mención honorifica en Derechos Humanos y Justicia Constitucional y Doctorado en Derecho. Miembro del Comité Académico de la Red Derecho América Latina y el Caribe. Profesor de Asignatura “B” de la Universidad Veracruzana, Región Veracruz – Boca del Río.
*LA OPINIÓN EN ESTA COLUMNA ES RESPONSABILIDAD DE SU AUTOR, NO REFLEJA LA OPINIÓN EDITORIAL DE ESTE MEDIO DE COMUNICACIÓN
